lunes, 11 de diciembre de 2017

RÒMOLA por Andrés Jaque Architects

La tienda de campaña de mármol en la galaxia
El proyecto transforma el antiguo garaje del edificio más significativo de Luis Gutiérrez Soto (1946), localizado en el centro geográfico de Madrid, en un ensamblaje de pastelería, café y restaurante experimental. El diseño recupera el volumen y la estructura del edificio generando un espacio de 5 metros de altura con grandes huecos a la calle.
Desde el 2008, la arquitectura en Madrid ha sufrido la imposición de la retórica de austeridad, que se ha traducido en una arquitectura de baldosas hidráulicas y productos cerámicos; acríticamente percibidos como restos del pasado y que sin embargo han canalizado la sustitución del comercio tradicional por una invasión de franquicias corporativas apoyadas en sistemas de trabajo precarios y temporales.
En 9 años, este proceso ha marginado y ha llevado casi hasta la extinción al contexto de artesanos del mármol, de la tapicería de piel, del metal cromado, y de los panelados artesanales que, desde la década de los sesenta, han sido la base social en la que se ha desarrollado la red de cafeterías de Madrid. Las cafeterías son lugares brillantes y confortables que ofrecen una atención amable pero anónima. Ésta capacidad para tratar con similar cortesía a todos sus clientes, rápidamente hizo de estos lugares un espacio donde las mujeres y las comunidades LGTBQ han encontrado históricamente una alternativa a la tradición de una parte importante de bares mayoritariamente “de hombres” de la ciudad.
El proyecto es el resultado de la movilización cuidadosa de una red de artesanos en peligro de extinción. De barnizadores capaces de aplicar gomalaca a muñequilla, de chapadores de madera que se atreven con chapados radiales de hoja de olivo, de marmolistas que son capaces de colocar en despieces especulares piezas de más de dos metros de alto y solo 20 mm de espesor. En un interés por apoyar a un contexto artesanal en vías de extinción, el proyecto reintroduce en el ecosistema de la ciudad el espacio disidente de la Cafetería como una resistencia a la hegemonía corporativa de lo cerámico.
Una tienda de campaña de mármol en la galaxia. Sacando ventaja de las capacidades del supermármol para trabajar a tracción
Durante las décadas de los 90 y del 2000, el pequeño pueblo de Novelda (Valencia) se convirtió en el centro del tráfico transnacional del mármol. Apenas activo en la actualidad, aún pueden encontrarse áreas extensas en las que se acumulan bloques de mármoles, onyx y granitos polvorientos de todo el mundo; como una arqueología de los tiempos previos a la hegemonía de la austeridad.
Mientras que el ladrillo y las baldosas hidráulicas se han asentado en un discurso de falsa autenticidad, raíces ultraconservadoras y falso localismo; los mármoles de Novelda encarnan un valor refrescantemente contingente. Esta condición sin origen del mármol queda registrada en el uso de numerosas tecnologías a las que el mármol como producto está asociado en estos momentos; como los refuerzos de fibra de vidrio y resina, o los sistemas de anclaje articulados pensados para hacer del mármol una especie de supermármol, capaz no solo de trabajar a compresión sino también a tracción-.
En lo que ha supuesto un desafío de ingeniería, el proyecto lleva esta capacidad hasta su límite creando una tienda de campaña autoportante de mármol. La tienda de campaña cobija las mesas para los clientes y permite que otros usos, como cocinar, se organicen en un área en forma de C en su perímetro.

Para más información visiten: Andrés Jaque Architects





















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