miércoles, 20 de abril de 2016

‘Maison de vacances’, Susanna Cots decide veranear en el centro de la ciudad.

¿Es posible desconectar en medio del caos de la ciudad? ¿Se puede conseguir un refugio que sirva de paraíso al mismo tiempo? Susanna Cots lo ha conseguido con el diseño de este dúplex familiar. A través de la unión del indoor y el outdoor, así como una complicidad entre diferentes contrastes en la decoración, ha logrado habitar un espacio interior que respira exterior. Por este motivo considera el proyecto como un “juego in-out & on-off”.

Si encima llama a la casa Maison de Vacances y la inunda de blanco – uno de los sellos de identidad de la diseñadora catalana – el objetivo de escapar del estrés cotidiano de la ciudad se cumple de sobra en esta vivienda de 140 m2 dividida en dos plantas: la principal, que se sitúa en el piso superior, y las habitaciones, ubicadas en la planta inferior.
La clave pasa por integrar la terraza de la planta superior en el espacio interior del mismo nivel, convirtiendo el conjunto en un área grande y diáfana, en la que, sin embargo, se pueden distinguir cuatro zonas.
Dos cubos de DM lacado consiguen crear dos ambientes de comunicación familiar: la cocina y la sala de estar. Por otra parte, el exterior cuenta con otras dos áreas de relax.
Pero lo dicho, todo está conectado: en la cocina se ha diseñado un juego de simetrías interior-exterior para que la mesa del comedor pertenezca a ambas áreas. Por otro lado, en la sala de estar se ha instalado una chimenea central que propicia el confort desde los dos puntos de vista.
En la parte inferior de la vivienda, por su parte, se han proyectado dos suites con baño incorporado en cada una de ellas.
La iluminación de la vivienda es otra de los protagonistas. Lógicamente el espacio debía respirar el ambiente de una casa de vacaciones. Como ya hemos dicho, el color blanco de las paredes es uno de los grandes responsables por la luminosidad que genera de por sí. Por otra parte se ha hecho un estudio a conciencia de la iluminación artificial – para la cual se ha contado con la firma Artemide – de cara a transmitir las emociones y sensaciones que se buscaban.
Los materiales nobles, como el parquet natural de roble para la cocina – de la marca Parador – también proporcionan confort y relax.

El toque final lo ponen las líneas simples del mobiliario de la cocina de Zania, las sillas de la danesa Hay, la butaca de De La Espada, el sofá de Temas V, los revestimientos para el baño de Vives y Porcelanosa y, por supuesto, las piezas de Susanna Cots Interior Design.

Vía: diarioDESIGN










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